En mayo de 2025 se estrenó en salas de todo el país una película chilena que rápidamente captó la atención de Ñuble —y también del resto de Chile—: Denominación de Origen, dirigida por Tomás Alzamora. Con un estilo de falso documental cargado de humor, el filme narra la historia de un grupo de vecinos de San Carlos que lucha por “recuperar” el título de la “Mejor Longaniza de Chile”, el cual —según sienten— les fue arrebatado por Chillán.
La película, con mirada entrañable y localista, retrata cómo la longaniza forma parte de la identidad sancarlina, presente en cumpleaños, bautizos y celebraciones familiares. Pero más allá de la comedia, el trasfondo pone sobre la mesa temas profundos: pertenencia, descentralización, historia… y, por supuesto, sabor.
Sin embargo, detrás de esa entretenida premisa hay un hecho concreto y documentado: el 23 de marzo de 2023, el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) otorgó oficialmente a Chillán —y a la Asociación Gremial de Productores de Longanizas y Cecinas de Chillán— la denominación de origen “Longaniza de Chillán”. Este reconocimiento no fue un simple trámite, ni una decisión arbitraria: fue el resultado de años de trabajo, respaldado por estudios históricos, pruebas de tradición, saberes técnicos y la coordinación de autoridades, productores locales y expertos en patrimonio.
Se trató de un proceso riguroso, que culminó en un reconocimiento legítimo y legal, inscrito en el sistema nacional e internacional de protección de productos con identidad territorial. Una distinción que no se “arrebató” a nadie: se defendió con argumentos, con evidencia, y con respeto por una tradición que ha sido parte del alma gastronómica de Chillán por generaciones.
Pero mientras el cine pone sobre la mesa el tema del nombre, en Chillán vivimos otra realidad: la lucha diaria no es por una etiqueta, sino por defender la calidad de un producto que ha sido símbolo de nuestra ciudad durante generaciones.
La verdad tras la etiqueta: no todo lo que dice «Chillán» lo es
Hoy vemos longanizas «tipo Chillán» elaboradas en otras ciudades del país, incluso en regiones muy lejanas. No es extraño ver en supermercados o redes sociales productos que usan el nombre como gancho comercial, sin representar ni el origen real ni la calidad histórica de lo que significó —y para algunos aún significa— la longaniza de Chillán.
Como elaboradores de cecinas con décadas de experiencia, lo afirmamos con responsabilidad: una buena longaniza se puede hacer en cualquier ciudad… pero lo que no se puede hacer en cualquier parte es engañar al consumidor con etiquetas que no reflejan ni la procedencia ni la calidad.
Lo que preocupa más aún es que incluso en Chillán, muchas marcas locales han optado por abaratar costos, usando materias primas de menor calidad: ganglios de cerdo, restos de bajo rendimiento, despuntes con muy mala calidad proteica. ¿Resultado? Productos más baratos, sí… pero menos sabrosos, más grasosos, menos firmes y, en definitiva, menos dignos del orgullo que alguna vez nos dio nuestra longaniza.
Calidad y Precios
En un mercado de mucha competencia, sabemos que destacar por calidad y no por precio es difícil.
Pero aquí está la verdad:
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Compramos carne a precios más altos porque elegimos cortes mejores.
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Usamos envases y etiquetas más resistentes y presentables, porque entendemos que la presentación también vende.
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Cuidamos y mantenemos nuestra receta: las proporciones, la calidad de los condimentos, ahumado natural… todo influye.
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No escatimamos en tiempo ni en procesos, porque no creemos en atajos cuando se trata de cecinas.
Y sí: nuestros productos no son economicos, y tampoco los más caros. Pero nuestros clientes no nos eligen por ser los más baratos, sino por lo que entregamos a cambio: calidad constante, sabor reconocido y confianza.
Para quienes emprenden: vender calidad no es vender un lujo, es fidelizar clientes
Sabemos que muchos de nuestros clientes compran al por mayor para revender en sus propios negocios. Si tú eres uno de ellos —o estás pensando en comenzar—, esto también es para ti:
✅ El precio selecciona al cliente. Al ofrecer un producto de calidad, atraes a clientes que valoran lo bueno… y que vuelven.
✅ Una buena longaniza no es solo para Fiestas Patrias. Cuando tu producto es sabroso y parejo, puedes venderlo todo el año, no solo en fechas especiales.
✅ Ofrecer calidad te posiciona. No necesitas competir con el precio más bajo, necesitas ganarte la confianza de quienes prueban tu producto.
✅ Fidelizar es más rentable que atraer nuevos compradores cada semana. Con nuestros productos, tus clientes vuelven y recomiendan.
¿Quiénes somos nosotros?
Somos Cecinas San Martín, una marca local, orgullosa de trabajar con honestidad, sabor y respeto por la tradición.
No peleamos por etiquetas, no disfrazamos el origen, y no te vamos a vender promesas vacías.
Lo que vendemos es simple y claro: longanizas y cecinas de calidad, hecha con carne de verdad, con condimentos típicos pero seleccionados, con una receta estandarizada, respetando los procesos y sus tiempos.
Nos atrevemos a decir que elaboramos una de las mejores y más ricas longanizas del pais. Eso incluye nuestros ricos arrollado huasos, costillar ahumado, chuletas ahumadas, prietas y más… No porque lo diga una etiqueta, no porque sea de Chillán. Es un conjunto de factores que hace que quienes nos prueban, vuelven.
Gracias por apoyar lo local, lo auténtico, lo bien hecho.